Escapadas de fin de semana al Valle del Jerte

Hay veces en que la vida te pesa. Los días se repiten, la mente no se calla, y todo lo que necesitas es desaparecer.

Reserva tu escapada de fin de semana al Valle del Jerte

No necesitas más vacaciones. Solo necesitas dos días que te pertenezcan de verdad. Dos días para apagar el móvil, respirar sin prisa y recordar lo que es vivir despacio. El Valle del Jerte te ofrece ese paréntesis que tanto estás esperando. Haz tu reserva ahora y regálate un fin de semana que te devuelva la calma, la risa y la conexión con lo que de verdad importa.

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Dos días contigo, con los tuyos, con la vida

¿Necesitas un respiro? Una escapada de fin de semana al Valle del Jerte es el antídoto perfecto contra la rutina. En solo dos días, puedes respirar aire puro, caminar entre gargantas, bañarte en piscinas naturales, saborear productos locales y dormir en un apartamento acogedor en plena naturaleza.

Aquí no hacen falta grandes planes: solo ganas de parar, mirar el cielo, y dejar que la tranquilidad te abrace.

Nuestro apartamento familiar está pensado para ofrecer espacio, comodidad y funcionalidad.

Tanto si vienes en pareja como si viajas en familia, tenemos el alojamiento perfecto con encanto para tu escapada rural:

Para parejas que buscan intimidad es ideal nuestro apartamento con hidromasaje y paredes de piedra, relax y un entorno rústico con todas las comodidades: bañera de hidromasaje, decoración en piedra natural, cocina equipada y mucho encanto.

Perfecto para desconectar con los tuyos lo ideal es optar por el apartamento más amplio con 2 habitaciones. Literas para los peques, cocina completa, salón cómodo y ubicación estratégica para descubrir todo el valle.

Hay semanas que te vacían. Días que pasan sin darte cuenta. Momentos que se pierden entre notificaciones y relojes.
Y entonces llega el viernes. Y puedes elegir.

Puedes regalarte una escapada al Valle del Jerte. Solo un fin de semana… pero lleno de todo lo que importa: aire puro, silencio, ríos que te acarician los pies, caminos que no llevan a ninguna parte más que a ti.

Porque a veces no hace falta más que un fin de semana para volver a sentirte tú. No lo pienses tanto. El Jerte está cerca, pero sobre todo, está dentro. Está en esa parte tuya que necesita parar. Respirar. Sentir.

Este fin de semana no pongas excusas. Pon el coche rumbo al valle.

Tu refugio perfecto, según lo que tu alma necesita

Si vienes en pareja… puedes optar por elegir un apartamento de piedra, con hidromasaje.

  • Cama de matrimonio doble de 1,35 cm. en habitación principal con hidromasaje.
  • Sofá cama para dos personas en el salón.

O si sois más… lo ideal es un apartamento más grande con dos habitaciones.

  • Dos habitaciones separadas.
  • Cama de matrimonio doble de 1,35 cm. en habitación principal.
  • Literas individuales de 90 cm en habitación separada.
  • Sofá cama para una persona en el salón.

Equipamiento en común:

  • Cuarto de baño con ducha, lavabo, espejo de aumento, wc y secador.
  • Salón-comedor con Tv (canales nacionales).
  • Juegos de mesa tradicionales.
  • Cocina completa con menaje, nevera, fogones, cafetera, tostador, exprimidor y batidora.
  • Aire acondicionado y calor ecológico.
  • Ropa de cama y toallas para el baño.
  • Disponemos de cuna gratuita para tu comodidad (bajo petición)
  • NO ACEPTAMOS ANIMALES

Actividades que se quedan en la memoria

-. Hacer rutas suaves como la de los Pilones o la garganta de Las Nogaledas.
-. Bañarte en pozas y piscinas naturales rodeadas de vegetación.
-. Disfrutar de un picnic con vistas al valle o en la sombra de los árboles que susurran lo que el mundo ya no dice.
-. Visitar pueblos con encanto, mercados locales y probar la gastronomía de la zona.
-. Ver el atardecer desde un mirador y dejar que el silencio te cure el alma.
-. Puedes abrir una botella de vino al atardecer, en silencio, y sentir que estás justo donde tienes que estar.
-. Puedes mirar las estrellas y recordar lo que habías olvidado.
-. Rincones perfectos para inmortalizar lo que no quieres olvidar.
-. Risas sin filtros. Pan con tomate. Una cerveza fría frente al río.

Un fin de semana en el Valle del Jerte no es turismo.
Es volver a mirar sin prisas, volver a tocar el agua con las manos, volver a sentir que basta con estar.

Porque a veces, 48 horas en el lugar correcto valen más que meses en piloto automático.